Pinto para atravesar lo visible.
Mi obra nace del deseo de tocar lo intangible, de dar forma a eso que no se deja atrapar con palabras.
Trabajo entre la abstracción y la figuración, y en ese umbral encuentro la libertad para que los animales, mis grandes aliados simbólicos, aparezcan como presencias vivas, como metáforas del instinto, de la memoria y de lo que aún queda salvaje en nosotras.
Mi proceso es físico, intuitivo, a veces casi ritual.
Me interesa la materia, los accidentes, lo que el trazo sugiere sin imponerse.
Pinto desde la conexión con la naturaleza, con el ritmo de la tierra y de los cuerpos, con lo que se escapa y a la vez nos sostiene.
Cada obra es una pregunta abierta, una tentativa de liberar lo inexplicable.